Días después Laura lleva a Camilo a casa de Don Joaquín para que se conocieran y así pedirle el favor que le permita hacer un documental sobre su vida, para saber cómo llegó a donde está, y así conocer poco a poco su historia, además, Camilo le explicó que este proyecto no solo lo ayudaría a él como estudiante sino también que sería un gran paso para dar a conocer más su nombre y su trabajo como médico. Joaquin finalmente accede a ayudarlo, no por los beneficios que traería sino porque realmente le movía ayudar a las personas siempre que pudiese, los invitó a pasar a su hogar para comenzar con el proyecto y allí les presentó a su hija Sofía Sáenz quien también decidió estudiar medicina como su padre.
Desde un inicio Sofía hizo clic con Camilo, pues, a pesar de que Joaquín dedicó su vida profesional a mejorar la calidad de vida y salud de las mujeres colombianas, descuidó en su proceso a su hija y causando en ella una constante necesidad de atención por parte de los hombres. Sofia entendía el estilo de vida tan ocupado de su padre, pues vivía sumergido entre entrevistas, avances tecnológicos y por supuesto, cirugías. A pesar de ser un magnate en la salud de la mujer, era también un médico cirujano excelente y en el quirófano se fueron gran parte de sus años mozos. Así que Sofía se dedicó a coleccionar historias y aventuras, todas relacionadas con hombres. Sofía comenzó a desarrollar una adicción a la sensación de ser el centro de atención de los hombres, no le interesaba la envidia que pudiese despertar en otras mujeres. Sabía perfectamente que la atención que obtenía de estos era inicialmente por ser la única heredera del imperio de su padre y también por su hermoso cuerpo, sin embargo, solo le importaba sentirse deseada, esa sensación que causa la mirada penetrante de los hombres, el efecto de sentir como la desnudaban con la mirada al entrar en un salón. Sofía era astuta y aunque le producía un placer insaciable sentirse deseada por los hombres, sabía también que ninguno de ellos era digno de su corazón. En realidad nunca había conocido ningún hombre que llenara de verdad sus expectativas, que no eran tan altas, sin embargo en su entorno social era casi imposible encontrarlas. Sofia llego a conocer más habitaciones de hoteles que su propia casa junto con ellos, docenas de hombres, altos, bajos, lindos y feos, gordos y flacos, afros, asiáticos, blancos y mestizos, pero ninguno era suficiente. Al cabo de unos cuantos encuentros casuales Sofía volvía a aburrirse de ellos permaneciendo en un ciclo sin fin.
Sin embargo, en el momento en que vio a Camilo, un joven despreocupado por la vida de los demás, enfocado en sus asuntos, con metas claras y ganas de hacer lo mejor con su proyecto y desinteresado. Fue como un reto para Sofía pues había sido también el primer hombre que no se deslumbraba con su belleza o su dinero. A Sofía le parecía perfecto todo de él, pero tenía un pequeño problema, Camilo venía acompañado de su novia, aunque como lo veía Sofía no sería un problema, Laura no evitaría que lo conquistará .
Pasado un tiempo Camilo iba seguido a casa de Don Joaquín para entrevistarlo y conocer más sobre quién era y lo que hacía, unas veces acompañado por Laura y otras no. Entre visitas, saludos y entrevistas en dicha casa, Camilo y Sofía empezaron a tratarse más que como amigos.