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Más tarde ese mismo día, Laura, quien había salido de su casa con el fin de ayudar a resolver el problema del proyecto, se encontraba en el consultorio de Joaquín, quien  aún no había llegado y nadie sabia donde estaba, de igual forma Laura no dejaría de esperarlo pues esa era su única opción para ayudarle a financiar a Camilo su proyecto.

 

Pasada la tarde Joaquín aparece en el consultorio más calmado y tranquilo, después del gran descubrimiento que tuvo horas antes, pero al instante de ver a Laura, recuerda el momento del cual fue testigo en la mañana y aunque Laura no sospecha nada lo nota extraño en la forma de hablarle y de verla.

Laura lo saluda con un abrazo y un beso en la mejilla como era de costumbre entre ellos, sin embargo debido al problema que estaba teniendo Joaquín en su casa, toma una actitud sospechosa, que para las demás personas fue pasada desapercibidamente, pero no para Isabella quien los vio entrar a su oficina desde el otro lado del pasillo, pues Joaquín con el fin de tener cerca de su chica, había construido su oficina cerca de la de él, solo los dividía un pasillo que era el mismo túnel que conectaba un edificio con otro.


 

A Isabella esta actitud sospechosa no le habría preocupado mucho, siempre y cuando él hubiese abierto  cuando ella decidió llamar a la puerta a ver qué sucedía, pero debido a la delicadeza de la situación, cuando Isabella llamó a la puerta Joaquín la evadió diciéndole que después la atendía, pues esta era una reunión a puerta cerrada. Joaquín estaba a punto de entregarle el 30% de la herencia familiar a Sofía y a pesar de su error él no pretendía quitarle lo que por ley le correspondía, sin embargo, ya no se sentía tan seguro sobre ella y sus actitudes de responsabilidad. Joaquín mientras escuchaba a Laura, solo pensaba en qué podría hacer para que Sofía aprendiera su lección y acabara con esa relación tan dañina para ella.

¿Acaso lo que Isabella está sintiendo son celos por Laura?

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